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Algo sobre "Farenheit 451" (Alerta de "te la pudro")


Albertino Neri

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Hice la secundaria cuando no había internet. Ni siquiera había computadoras en las casas. En esos tiempos era costumbre, al menos en mi colegio, que la recomendación de un libro fuera acompañada por el objeto libro en sí mismo. En mi primer año de secundaria, una compañera y amiga me prestó “Crónicas Marcianas” en edición de Minotauro, de tapa de cartón ordinario, y fue como presentarme un mundo nuevo. Después leí muchos libros de Bradbury, entre ellos “Farenheit 451”, y me encantó. Pero el tiempo pasa…

Creo que, con la perspectiva de la edad y la experiencia que no tenía a mis doce añitos –edad a la que leí por primera vez el libro-, hoy le encuentro algunos defectos insalvables al libro, que paso a detallar:

Perspectiva cultural limitada: creo que el libro es prisionero de su limitadísima perspectiva cultural, que es la misma que tiene “The Stand” de Stephen King, por ejemplo, y es suponer que EEUU no sólo no es parte del mundo, ni siquiera el centro del mundo, sino que es el mundo entero. Entonces, esa ideología que hace que un campeonato local de béisbol se llame “Liga Mundial”, lleva al autor a reducir el “patrimonio cultural de la humanidad” a los libros que forman parte, supongo, del acervo escolar de una secundaria de Ohio o de Nebraska. Es esa misma ideología la que los lleva a persistir en un sistema métrico sin lógica interna, en poner el mes antes que el día en las fechas, y a recurrir a la medida antojadiza de un señor polaco que decidió, en el siglo XIX, que la temperatura de su axila sería el límite superior de una escala para medir la temperatura, sistema que es homenajeado como metáfora de ese pensamiento denegatorio de la cultura mundial, en el título mismo del libro. Es cierto que la acción transcurre en EEUU, pero cuando se trata de “salvar la cultura de la humanidad”, no basta con un par de clásicos remanidos y el color “cuasi étnico” de Ortega y Gasset.

Otro punto más polémico, digamos, es ¿cómo se seleccionan los libros que valen la pena conservar y los que no? (además, ¿no hay libros que merecen ser quemados?) Supongamos que viene un tipo y dice “Buenas, soy “Mein Kampf” y me quiero unir a ustedes”, ¿qué van a hacer?, ¿lo van a poner a pelear con el tipo que memorizó “Si esto es un hombre” de Primo Levi? Lo mismo podría pasar entre “El Génesis” y "El Origen de las Especies”. El problema es decidir quién va a ser el árbitro.

Otro punto débil del libro es que se confía demasiado en la buena fe de los “hombres libros”. Evidentemente, no hay un “control de calidad” acerca de los materiales que cada uno conserva porque, por un lado, no hay nadie que lo sepa todo y, por otro lado, porque no hay puntos de referencia: digamos que hay un tipo que se presenta como “Cirugía del Aparato Digestivo”, y alguien decide que podrían aprovechar sus conocimientos para operar de apéndice a, digamos, “It” de Stephen King, que hace rato que anda con dolores. ¿Les parece que sería bueno poner a prueba la veracidad y buena fe del señor Cirugía en el valioso cuerpo del señor It?

Pero el problema que me parece el más profundo y fundamental que tiene la obra es que se considera la cultura como un agregado de obras. Suele decirse que “la familia es la célula básica de la humanidad”, y eso es cierto. El error es suponer que la sociedad humana se generó a partir de la agregación de familias individuales que un buen día decidieron juntarse para formar la sociedad. Es al revés: del conjunto indiferenciado de la horda o tribu primordial  se produjo por diferenciación interna la familia. Lo mismo vale con los seres vivos: no es que un día se juntaron veinte amebas y diez paramecios y crearon un organismo pluricelular simple, como podría ser una esponja o una medusa. Eso mismo sucede con los libros, más específicamente, con los conocimientos contenidos en los libros: son productos de la cultura, pero tomados individualmente y alejados de ésta no son semillas capaces de reproducir, en un momento distinto y en otro lugar, la cultura que les dio origen, sino que son como el dedo cortado de una mano: un residuo destinado a pudrirse, o a ser, a lo sumo, un vago reflejo inerte y estéril del organismo del que fuera extraído. Además, sucede que la memoria no es igual a la comprensión, y la comprensión de un texto es un fenómeno colectivo: entre los personajes de “Farenheit” hay un “Señor Einstein” ¿y le va a explicar la Teoría de la Relatividad General a gente que ignora lo que es un polinomio? Y eso vale para cualquier otro de los textos memorizados, especialmente los referidos a temas científicos o prácticos. El meme del tipo que viaja al pasado y habla de la electricidad, pero no puede ni siquiera explicarla y mucho menos producirla, ilustra perfectamente lo que digo.

Por último. Lo que más me dolió es la idea pura y estrictamente conservadora que se tiene de la cultura y del conocimiento en general. Se trata de conservar los retazos, las hojas sueltas de una cultura que trajo decadencia y destrucción al mundo ¿y a nadie se le ocurre ponerse a pensar en algo nuevo?

Bueno, al margen de esos agujeros y limitaciones argumentales, el libro está muy bien escrito, porque Bradbury escribía muy bien.

Comento que hay una miniserie sobre “Crónicas…” del año 1980, que es una porquería. Y hay una película dirigida por Francoise Truffaut, de 1966, que me pareció muy buena (aunque no volví a verla, y ahora tengo miedo de hacerlo).

 

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Ahhh, pero me acabas de arruinar el día, estás tapando con diario a un libro que me encanta!!! El cual leí de joven o no tanto y releí hace unos años

Me voy a llorar y vuelvo en un rato, jajaja

Está muy interesante el análisis que haces y debo aceptar que a pesar de no haberlo visto en su momento, me haces coincider bastante, de todas maneras tengamos en cuenta que estamos hablando de Ciencia Ficción y no Filosofía o Sociologia, incluso es Bradbury mas no Saramago o Umberto Eco, para ponerlo más en contexto

Muy buen e interesantísimo análisis el cual me hace pensar cuando mencionas el localismo, en lo limitados, será la palabra correcta, que son muchas veces los gringos, muy centro del universo y que muchas veces corremos, corro, con la ventaja de poder ver eso desde afuera y no caer en ese egocentrismo

Obvio lo leí en papel y la misma edición, muchos de esos libros los conservo aún, ese como otros del gran Ray, incluso recuerdo que en la contratapa mencionaba algo así como que iba caminando por la calle y se cruzaba gente que iba abstraída conectada a sus aparatos y bla bla bla creo q el libro es de los 50 y estábamos un poco lejos de los celulares

 

Salutte

 

 

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Me parece acertado lo de que el conocimiento no está en fragmentos de los libros. Una enorme parte está en la gente misma y va mutando año a año.

Pero no lo tomo tan literal al libro. Es todo una gran metáfora de la alienación de los seres humanos. Pensemos que es el mundo post guerra mundial, el mundo post Shoá, Hiroshima y Nagazaki. A millones de seres humanos se los consideró daños colaterales, fines para un medio.

A muchos líderes de ese mundo tan violento e irracional, les convenía una población inerte, y no les temblaba el pulso para prohibir o censurar lo que no les servía o gustaba.

 

Saludos

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Muy buen análisis. Los libros de Bradbury siempre me han dejado la sensación de ser escritos por una persona amateur, por asi decirlo, no quiero ser irrespetuoso, es como que tiene buenas ideas pero las dessrrolla de forma lineal, nunca he sentido ese algo especial que encontré en por ejemplo Clarke, Van Vogt o Vance por nombrar a algunos de sus contemporáneos de ese estilo

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 Hay mucha razón en lo que decís.

Muchos leímos por primera vez a Bradbury alrededor de los doce años y tuvimos el mismo tipo de fascinación que comentás y entiendo que su relectura de adulto puede no sentirse de la misma manera. La real maravilla de esto es que el gran Ray nos hizo comprender la importancia del legado cultural universal, a los 12 años, en su primera novela y en unas pocas páginas.

 Bradbury es el escritor de los sentimientos. Sus libros de ciencia ficción no tienen capitanes estelares imperturbables ante el peligro dando ordenes precisas e infalibles, sino individuos normales con dudas y conflictos cada vez que deben emprender una minima acción. En sus libros no hay precisiones sobre magnitudes físicas, ni hace hincapié en logros deslumbrantes de la ingeniería. En sus libros hay gente común que trata de llevar adelante sus vidas en una coyuntura que ven como opresiva. Parecen sencillos, pero no lo son. Solo utiliza palabras sencillas para señalarnos lo que el considera fundamental: El salvataje de la herencia cultural universal. Y pone los sentimientos del individuo y su bienestar en el centro de la discución sobre la que deberían apoyarse los cambios tecnológicos.

En Farenheit 451 Montag es un revolucionario que se da cuenta que no está solo para hacer su revolución, pero también es el mismo Bradbury diciendonos a nosotros que somos fundamentales en la transmisión de la palabra escrita entre generaciones.

 Repito, hay mucha razón en lo que decís, pero te pido que hagas abstracción de esos puntos que se muestran polémicos ahora, vistos ahora bajo la lupa de nuestra madurez y en otros contextos.  Te pido que hagas como yo, que vuelvo a mis doce años cada vez que lo leo.

Les dejo parte del prólogo de Borges para la primera edición de Cronicas Marcianas en Argentina:

¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad?

¿Cómo pueden tocarme estas fantasías; y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay unas pocas experiencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para transmitirlas, recurra a lo “fantástico” o a lo “real”, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería de la science-fiction? En este libro de apariencia fantasmagórica, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como los puso Sinclair Lewis en Main Street.

 

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hace 40 minutos, Mashe dijo:

 Hay mucha razón en lo que decís.

Muchos leímos por primera vez a Bradbury alrededor de los doce años y tuvimos el mismo tipo de fascinación que comentás y entiendo que su relectura de adulto puede no sentirse de la misma manera. La real maravilla de esto es que el gran Ray nos hizo comprender la importancia del legado cultural universal, a los 12 años, en su primera novela y en unas pocas páginas.

 Bradbury es el escritor de los sentimientos. Sus libros de ciencia ficción no tienen capitanes estelares imperturbables ante el peligro dando ordenes precisas e infalibles, sino individuos normales con dudas y conflictos cada vez que deben emprender una minima acción. En sus libros no hay precisiones sobre magnitudes físicas, ni hace hincapié en logros deslumbrantes de la ingeniería. En sus libros hay gente común que trata de llevar adelante sus vidas en una coyuntura que ven como opresiva. Parecen sencillos, pero no lo son. Solo utiliza palabras sencillas para señalarnos lo que el considera fundamental: El salvataje de la herencia cultural universal. Y pone los sentimientos del individuo y su bienestar en el centro de la discución sobre la que deberían apoyarse los cambios tecnológicos.

En Farenheit 451 Montag es un revolucionario que se da cuenta que no está solo para hacer su revolución, pero también es el mismo Bradbury diciendonos a nosotros que somos fundamentales en la transmisión de la palabra escrita entre generaciones.

 Repito, hay mucha razón en lo que decís, pero te pido que hagas abstracción de esos puntos que se muestran polémicos ahora, vistos ahora bajo la lupa de nuestra madurez y en otros contextos.  Te pido que hagas como yo, que vuelvo a mis doce años cada vez que lo leo.

Les dejo parte del prólogo de Borges para la primera edición de Cronicas Marcianas en Argentina:

¿Qué ha hecho este hombre de Illinois, me pregunto, al cerrar las páginas de su libro, para que episodios de la conquista de otro planeta me llenen de terror y de soledad?

¿Cómo pueden tocarme estas fantasías; y de una manera tan íntima? Toda literatura (me atrevo a contestar) es simbólica; hay unas pocas experiencias fundamentales y es indiferente que un escritor, para transmitirlas, recurra a lo “fantástico” o a lo “real”, a Macbeth o a Raskolnikov, a la invasión de Bélgica en agosto de 1914 o a una invasión de Marte. ¿Qué importa la novela, o la novelería de la science-fiction? En este libro de apariencia fantasmagórica, Bradbury ha puesto sus largos domingos vacíos, su tedio americano, su soledad, como los puso Sinclair Lewis en Main Street.

 

Excelente reflexión la tuya Mashe!!!

No debemos obviar que el autor del post nos advirtio que la iba a pudrir, jajaja

 

 

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Iba a decir algo pero ya lo dijeron varios jajajajaja

Como habia comentado en el topic anterior, Bradbury es más naif si se quiere, más inocente (o al menos parece serlo). Es un poeta, un eterno nostálgico, y creo que habla desde ese lado. De hecho el mismo rehusaba ser llamado escritor de ciencia ficción. 

Pero qué libro más lindo la puta madre

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Eh, gato! Te metés con Ray y te metés con todos!

 

hace 7 horas, Albertino Neri dijo:

Creo que Bradbury era más un "poeta", digamos, que un ensayista. Me parece.

Y... sí, Farenheit 451 (y todo el resto de su obra) es una novela de ficción absolutamente poética, no un ensayo sobre gestión cultural con instrucciones prácticas para salir de una distopía de características X. Yo creería que eso se sobreentiende.

Crónicas marcianas tampoco es muy didáctico sobre cómo abordar exitosamente la exploración extraplanetaria; son libros que plantean escenarios y situaciones pensados para ser metáforas evocativas para el público al que estaban destinados originalmente; recordemos que fueron publicados en revistas de circulación relativamente chica y descartable (si mal no recuerdo, el primer capítulo de Fahrenheit salió en el primer número de Playboy), no en ediciones a todo Engelbert Humperdink en 16 idiomas. En Fahrenheit, Bradbury elige nombrar a los libros y autores que podían significarle a sus lectores la idea de "acervo cultural de la humanidad", no es que diga "la cultura es esto y nada más".

 

Edited by Antonio Fracchia
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Bueno, por eso uno podía ser más feliz siendo pibe que como adulto. De todos modos, estoy seguro que soy bastante menos lector que todos acá.

Una vez, un amigo músico, hace años, me dijo sobre el presenciar un concierto: "Nosotros los músicos no miramos un recital igual que el público en general, porque le vamos a mirar los dedos a los músicos para tratar de entender qué están haciendo" a lo que inmediatamente respondí "Vos, se los mirarás; a mí dejame tranquilo que, cuando voy a ver un concierto, soy bien público; para estudiar música, estudio en mi casa".

Esto creo en lo personal, que ante cualquier obra artística es más negocio "suspender la incredulidad" (Dolina citando a otro, que creo que era Coleridge), dejarse engañar para entreverarse con alguna emoción que nos mejore el rato, o el viaje. 

Para exagerar la idea: cualquier obra artística podría ser demolida si uno la camina con espíritu prosaico.

Edited by Guillermo Haidr
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En 1/10/2021 a las 10:12, Albertino Neri dijo:

Por último. Lo que más me dolió es la idea pura y estrictamente conservadora que se tiene de la cultura y del conocimiento en general. Se trata de conservar los retazos, las hojas sueltas de una cultura que trajo decadencia y destrucción al mundo ¿y a nadie se le ocurre ponerse a pensar en algo nuevo?

Todo bien con la poesía, la evocación y coso, pero ¿y ésto?

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hace 44 minutos, Albertino Neri dijo:

Todo bien con la poesía, la evocación y coso, pero ¿y ésto?

Eso corresponde a un plano teórico que no entra en el espectro de la narrativa de Bradbury. Es como criticar a Batman porque solo combate el crimen de Gotham y no hace nada por combatirlo en el resto del mundo. En el universo metafórico de Farenheit, los libros son la representación de la cultura universal trascendental, el arte y el conocimiento, y la televisión es la representación de la frivolidad, el consumismo y el entretenimiento pasatista; tal como, en Batman, Gotham funciona como la representación del universo conocido.

Realmente me sorprende que alguien pretenda hacer una lectura tan literal.

 

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Bueno, son opiniones. No le pido peras al olmo con mi comentario, sino que me refiero a lo que pensé en su momento del libro y lo que pensé pasados los años. Creo que no tiene que ver con la literalidad de la lectura, sino con las diferencias en el lector.

Y sigo pensando que es un defecto común de muchos escritores de EEUU el creer que su desayuno de huevos fritos con panceta es el desayuno universal, y creo que eso es algo muy arraigado en su cultura. Por ejemplo, me pasó algo similar con el libro "Ciudad" de Clifford Simak en lo que respecta a las hormigas: un mutante se mete con la vida de las hormigas (les da calefacción en invierno) y entonces las hormigas se convierten en seres inteligentes que desarrollan una sociedad tecnológica. Eso estaba potencialmente en los bichos, pero el problema era que cada invierno las hacía volver a un punto cero de desarrollo cultural. Al ponerles calefacción, pudieron "acumular" cultura. Genial idea. Lástima en fuera de Nebraska existan países. y muchos, en los que las hormigas no sufren inviernos y no por eso desarrollaron una sociedad tecnológica.

Y no soy experto en Batman como para opinar al respecto.  

 

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  • 2 weeks later...

Tal cual, tuve ese razonamiento, a veces los autores quieren hacer una obra demasiado ambiciosa y si uno tiene pensamiento crítico se notan las lagunas, prefiero a Vance, un clásico es la serie del planeta tschai, donde no explica a fondo todo y te deja mucho librado a la imaginación. A mi me hace muy participe porque me mete en la piel del personaje

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En 11/10/2021 a las 11:17, Monchololoco dijo:

Tal cual, tuve ese razonamiento, a veces los autores quieren hacer una obra demasiado ambiciosa y si uno tiene pensamiento crítico se notan las lagunas, prefiero a Vance, un clásico es la serie del planeta tschai, donde no explica a fondo todo y te deja mucho librado a la imaginación. A mi me hace muy participe porque me mete en la piel del personaje

Leí alguno de esa serie (Los Pnume y Los Dirdir). Saludos.

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